LiliRouse

Cuando no veas la salida, cuando pienses que estás atascada, que no consigues los resultados que buscas. A veces, tu esfuerzo no se ve recompensado y cada día que pasa es un día más de rutina y de frustración. Es frustración se puede llegar a hacer más grande a medida que las semanas van avanzando, porque no, el éxito no es fruto del esfuerzo, es más bien, fruto de la suerte. Soy consciente de que esto puede resultar algo controvertido y que choca frontalmente con la cultura del esfuerzo en la que hemos sigo educados. Pero en realidad, puedes esforzarte mucho, día a día, intentarlo tantas veces como puedes y más y , aún así no conseguir tus objetivos. Desde luego no nos enseñan a gestionar el fracaso, ni la frustración. En ese punto me encuentro en mi carrera laboral, llevo muchos años esforzándome, luchando, dando todo y más de mi, pero no suelo conseguir mis objetivos.... pero he de confesar que algo me ayuda en esas noches de insomnio y frustración. Cada día es una nueva oportunidad

     Y es que a veces, y solo a veces, la vida te sorprende. No soy una persona muy dada a disfrutar de una buena suerte. Algunos dicen que soy muy negativa, otros que me boicoteo a mí misma cuando soy un poco feliz, quien sabe, yo creo que ambos tienen algo de razón. A veces somos nuestros peores enemigos y ni siquiera lo sabemos.      Pero de repente llega alguien, y te da un pequeño vuelco a la vida, al corazón. Y es que, cuánta razón tiene la gente que dice, en esas frases motivacionales, que hasta que no te quieras a ti misma no vas a querer a nadie más. Con mi amor propio, con mi soledad elegida, de repente, la vida te depara una sorpresa. Puede que sea buena o no, quien sabe, el futuro es incierto, y más en estas épocas de virus, solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto.... a disfrutar del momento. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Azucena Carrillo (@lilirouse_)

     Con permiso de Machado, este post le roba unos versos. Estos días he oído algo que me ha llenado de "energía", "quizás llegues más tarde que el resto, pero llegarás"; y es cierto, siempre he tenido la sensación de que llego tarde a todo en la vida. No me refiero a la puntualidad, oh no, tengo puntualidad inglesa y si llego tarde, es porque quiero llegar tarde. Me refiero, más bien, a que, por ejemplo, tengo casi 37 años y no tengo trabajo fijo, aún estoy empeñando tiempo (y dinero) en mi formación. Es algo que siempre me ha preocupado, inquietado y, sobre todo, aterrado.  El otro día cuando oí esa frase, ni quiera recuerdo quien la dijo ni donde la oí, en cierto modo me sentí reconfortada, sobre todo porque he luchado mucho para estar donde estoy ahora. Así que en este año tan atípico, no te des por vencid@, todo llega, tarde o temprano, pero todo llega. ¿Cuál será lo próximo? Quien sabe, pero nunca te rindas.  Ver esta publicación en Instagram