To write

 Escribir, es lo que tenía que haber hecho desde un primer momento, plasmar mis pensamientos, mis sentimientos, mis inquietudes, en una hoja, aunque sea virtual, hay que adaptarse a los nuevos tiempos.

El mindfulness está muy bien, el yoga, leer, son muchas las opciones que existen para desconectar, hasta el reggaeton si es necesario, venga a mover ese culito a ritmo de letras sin fondo! Ay donde quedó mi viejo Sabina.....

Pero lo que realmente me funciona para desconectar es escribir, abrir mi blanco portátil y plasmarlo todo en una hoja en blanco, muchas veces incoherente, e inconexo, pero es lo que tiene escribir sin meditar mucho. Porque, realmente, lo que me funciona, es, literalmente, vomitar todo lo que tengo en la cabeza; puede que salga ahora coherente o puede que salgan desvaríos sin sentido. Pero, no os voy a engañar, a mi me sirve para desconectar. Ni siquiera pretendo que alguien me lea, es, simplemente, para mi. Mi trocito de zona de confort.

Se podría decir que es un diario, no, no lo creo; no hago un relato detallado y pormenorizado de las cosas que me suceden a lo largo del día, semana o mes, sino que es más bien, pues eso, vomitar todo lo que hay en mi cabeza. Y oye, funciona.

En estos tiempos que corren me resulta muy complicado desconectar, nos envuelve un ruido ensordecedor compuesto por, el estrés del día a día; el móvil siempre conectado y los dichosos vecinos que ven programas de cantantes a todo volumen.... Encontrar ratitos de paz, se antoja complicado, casi diría que imposible; la ciudad y su vida la llaman algunos....

Pues eso, ya he vomitado un poco del interior de mi cabeza y es ligero equipaje con el que me voy a dormir. A estas horas intempestivas, una noctambula se despide de mis pocos lectores, que no os conozco, pero os quiero!